jueves, 11 de octubre de 2007

Semillas de Fe 313: Arraigados y Firmes en la Fe

Lectura de la Carta de Pablo, a los Colosenses, capítulo 2:1-15
"Quiero que sepan qué gran lucha sostengo por el bien de ustedes y de los que están en Laodicea, y de tantos que no me conocen personalmente. 2 Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, 3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 Les digo esto para que nadie los engañe con argumentos capciosos. 5 Aunque estoy físicamente ausente, los acompaño en espíritu, y me alegro al ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo.

6 Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, 7 arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.

8 Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.

9 Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; 10 y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud. 11 Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo. 12 Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos. 13 Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados 14 y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. 15 Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.


¡Qué pasaje tremendo! para leer y releer, subrayar las frases claves y hasta memorizar. ¿Dónde estás arraigado? Si crees en Cristo y te rendiste a Él como Señor (Dueño absoluto) tienes que arraigarte en El, sino tus raíces (crecimiento espiritual) no van a extender lejos. Muchas veces dependemos de los demás para sostenernos en el camino cristiano, o nos sentimos fortalecidos los domingos en la iglesia, pero desinflados el martes (y viernes?!!!) Es posible que estemos recibiendo algo emocional o repitiendo algo ritual en vez de una verdadera vivencia espiritual, y nuestras raíces en Cristo no crecen así.

¿Dónde estamos arraigados realmente, entonces? Sobre qué base estamos edificando? Vemos que Pablo anima a la gente de Colosas que ellos (como individuos y como comunidad) se arraigen directamente en Cristo, 'edificados' en Él y 'consolidados' o firmes en la fe. En esa ciudad vivían muchas personas con conocimientos filosóficos que practicaban todo tipo de creencia (¿igual que hoy, no?) Pablo les advertía a los creyentes de cuidarse de no ser engañado con 'argumentos capciosos' o falsos (v.4 y 8). Siempre conviene preguntarse (con las corrientes actuales en la iglesia, su literatura, los programas de radio o televisión "cristiana") esta idea, concepto o enseñanza que estoy recibiendo: ¿se basa en Cristo, está de acuerdo a las enseñanzas de los apóstoles y la Biblia entera? Si la respuesta es no, cuan atractiva sea la enseñanza y convincente, hay que ponerse firme para rechazarla, como argumento engañoso.
Pertenecemos a Cristo, pues, y no vamos a volver a otro camino, otra teoría humana. "Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; 10 y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud... (v.9-10) Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados" (v. 13b); estas son las verdades que debemos atesorar y recordar al despertarnos cada día. Esta es nuestra riqueza (no material, tipo evangelio de la prosperidad, sino espiritual) que trae ánimo, unidad en amor, convicción y entendimiento sobre la realidad de las cosas (vers. 2).

Oración: Gracias Padre Celestial, por el maravilloso don de tu Hijo Jesús. Nos arraigamos en Él hoy, nuestro Salvador y Señor, él que perdonó todos nuestros pecados. Te pedimos que nuestras raíces crezcan cada vez más en Él, para que sigamos firmes en la fe, y que podamos discernir también entre la verdad y la mentira. En el nombre de Jesús, Amén.

Semilla de Fe N° 246, marzo 2006, editada oct. 2007